20 Años del "Achtung Baby" y la presencia en Tenerife de U2

POR JOSÉ ANTONIO PÉREZ

Ayer sábado, 19 de noviembre, se cumplieron dos décadas desde el lanzamiento de un disco histórico, Achtung Baby, del grupo irlandés U2, considerado por los críticos especializados una obra maestra del rock. En la historia particular de cómo se gestó aquel trabajo, Tenerife, y más en concreto su capital, Santa Cruz, tienen un protagonismo muy especial.

Como Los Beatles

Se repetía la historia y, tal y como hicieron The Beatles en 1963, cuando permanecieron 12 días en la zona norte, especialmente en Puerto de la Cruz y Los Realejos, los U2, quizás el grupo más importante de la historia de la música junto a los de Liverpool y a Rolling Stones, se establecían en Santa Cruz de Tenerife durante poco más de una semana tras pasar unos días en Lanzarote. En ambos casos primó la intención de descansar y disfrutar del clima y el colorido de la Isla. Sin embargo había una diferencia: los Beatles vinieron sin John Lennon que se quedó en Almería, mientras que en la visita de los U2, no faltó nadie. The Beatles llegaban en 1963 escapando de la revolución que ya se vivía en el mundo con un éxito imparable que seguiría subiendo. U2 ya estaban en la cúspide y trataban de desconectar para descansar y, además, aprovechar su presencia en Tenerife para rodar imágenes que sirvieran para la promoción de un disco que tenían en mente y que quería romper con el pasado más inmediato. Ese disco era Achtung Baby.

Buscaban descanso y ruptura

Hasta ese año 1991, U2 había lanzado seis álbumes de estudio al mercado discográfico. Todos magníficos, pero especialmente el sexto, The Joshua Tree, en 1987, que tuvo un éxito arrollador con canciones como With or without you, Where the street have no name o I still haven´t found what I´m looking for. Luego, en 1988, llegó Rattle and hum con recopilación de temas en directo y algunas canciones nuevas. Tras el éxito bestial de The Joshua Tree, pese a que vendió 14 millones de copias, la crítica no recibió bien el Rattle and hum y U2 pensó que llegaba el momento de cambiar aprovechando la nueva década.

Atrás quedaban los 80 y llegaban los 90. Buscaban un sonido más crudo con influencias electrónicas, dance, techno…, un cambio de imagen radical en el que apareciera el color en sus imágenes tras los tonos oscuros en blanco y negro de los dos anteriores. Para ello, nada mejor que buscar el colorido, el ritmo y la animación del Carnaval santacrucero. Se vinieron a Canarias y pasaron unos días de incógnito en Lanzarote para luego acercarse a Tenerife y residir durante unos días en el hotel Mencey. La primera parte de esa semana la pasaron alejados de la multitud ajenos a los rumores de su presencia que comenzaban a correr por los medios de comunicación de la Isla. Luego salieron a la calle y se metieron en el centro del Carnaval, aunque pasaban desapercibidos como unos jóvenes cualquiera que se divertían en la noche de la fiesta. Sin embargo, fueron los focos y las cámaras que los acompañaban a una discreta distancia, los que comenzaron a alertar a todos de que aquellos no eran unos chicos cualquiera. Eran U2 y estaban entre nosotros.

Se les vio bromistas dentro y fuera del hotel. Pasearon por el denominado cuadrilátero del Carnaval y solamente algunos se percataron de quienes eran. Fueron a San Andrés y visitaron Las Teresitas y el antiguo cementerio del pueblo pesquero, recogiendo imágenes para la promoción del Achtung Baby. Un día se plantaron en la avenida de Anaga, justo delante de la cafetería Arkaba y realizaron una agotadora sesión para incorporar imágenes a sus videoclips.

Con el ‘Trabant’, a todos lados

Estaban obsesionados con romper con el pasado aprovechando el cambio de década. En 1990 visitaron Berlín, justo un año después de que hubiera caído el Muro. Para U2, ése era el símbolo del cambio en Europa y en el mundo. Adam Clayton lo resumía en un libro: “Queríamos que Achtung Baby mirara hacia delante”. Pensaron en una imagen gráfica que les acompañara en la siguiente gira, denominada Zoo TV, y encontraron un simpático Trabant, en su tiempo el vehículo más común en la República Democrática Alemana, un automóvil de bajo coste que se trajeron a Tenerife y junto al que posaron en lugares como San Andrés y la avenida de Anaga, donde lo colocaron sobre un travelling y se metieron dentro durante varias horas de rodaje. El Trabant fue después el símbolo de su gira Zoo TV, que pude ver en Madrid, y ahora descansa en un Hard Rock Café.

Entrevista en Radio Club

Fue precisamente en la avenida de Anaga donde conseguí la única entrevista que concedió Bono. Fue el 15 de febrero de 1991, hace más de 20 años. La historia de aquella entrevista es inolvidable. Me encontraba en los estudios de Radio Club, cuando Paco Padrón, entonces director, entró muy enfadado dando gritos y echándonos en cara que no fuéramos capaces de entrevistar a U2. Allí estábamos Juan Ramón Hernández, Willy García y yo que aguantamos el chaparrón, aunque le espeté si creía que “entrevistar a U2 era soplar y hacer botellas”. Nos sacó los colores diciendo que ni lo habíamos intentado, y eso era verdad porque hicimos caso a los ruegos de que no se molestara a la banda porque no harían declaraciones. Paco nos tocó tanto el orgullo, que Juan Ramón y yo nos plantamos en el lugar donde rodaban, junto al Arkaba, con la intención de devolverle la moneda al jefe más motivador que he tenido en mi vida. Montamos guardia y esperamos. Parecía imposible, pero yo comencé a acercarme al mánager y a pedirle encarecidamente que nos atendiera Bono. Todo eran negativas hasta que observo que Bono le pregunta al mánager qué pasaba. De repente, el representante vino hacia mí y me dijo que Bono solamente iba a atenderme a mí. Aún sorprendido, me costó reaccionar, hasta que le pedí que entrara también Juan Ramón, porque era mi compañero. Cedió y entonces le pedí que entrara Esteban Pérez, fotógrafo de DIARIO DE AVISOS, para que hiciera de traductor. Cedió y entonces le pedí el último favor: como Esteban no traía cámara, yo necesitaba un gráfico que inmortalizara el momento, y entonces dejó entrar a Sergio Méndez, también del decano de la prensa de Canarias.

Los demás compañeros que llevaban horas montando guardia, se tuvieron que quedar con las ganas y no pudieron acceder al artista. Nos acompañó hasta una guagua que servía de camerino a los miembros de U2 y allí aguardamos unos minutos hasta que apareció Bono con una cerveza en su mano. Tenía pinta de agotado y un poco bajo los efectos de la cerveza. Estaba sudoroso y vestía con chaqueta de color negro. Aún así se mostró amable y atento, muy bromista, y habló con nosotros.

Nace Achtung Baby

Los U2 se marcharon al día siguiente de esa entrevista en la que Bono deseaba expresar su gratitud a la gente de Canarias. Se fueron a Alemania y eligieron Berlín, el símbolo del principio y del final de la Guerra Fría, para grabar. También lo hicieron en los estudios Hansa Ton y en Windmill Lane, además de Dublín (Irlanda) con la producción de Daniel Lanois, Brian Eno y Steve Lillywhite. El 19 de noviembre tras unos meses muy movidos en los que The Edge y Bono se separaron de sus mujeres, nació Achtung Baby, quizá el álbum más revolucionario de U2 y uno de los discos imprescindibles en la historia de la música con canciones que ya son himnos como, por ejemplo: Even better than the real thing, Until the end of the World, Who´s gonna ride your wild horses y Misterius Ways, pero sobre todo, por encima de todas, One, en cuyo videoclip inicial aparecían los U2 disfrazados de mujer en el hotel Mencey de Santa Cruz de Tenerife.

Precisamente, el pasado día 31 de octubre se lanzó una edición conmemorativa por el XX aniversario del disco, así como un álbum tributo, AHK-toong BAY-bi Covered. Meses después, en Madrid, pude verles en directo durante la gira Zoo TV y me maravilló como a las 80.000 almas que gritaban enloquecidas con la célebre banda.

Un grupo único y maravilloso

Cuando el director de DIARIO DE AVISOS, Juan Manuel Pardellas, me pidió que escribiera un artículo recordando el disco Achtung Baby y la presencia de U2 en Tenerife hace veinte años, me asusté primero al saber que habían pasado tantos años desde aquel 1991 y, aunque confundido por si era capaz de recordar, acepté la propuesta.

Para mí personalmente supuso algo muy especial conocer a Bono, igual que antes tuve el honor de conocer a Paul McCartney. Ambos son ídolos de este amante de la música, fan de Beatles, Rolling Stone y U2, que nunca imaginó estrecharle la mano a estos personajes tan especiales y, sin embargo, cercanos, además de poder cruzar unas palabras con ellos.

Me faltó Mick Jagger, aunque lo tuve muy cerca, en una barra del bar de la zona VIP del estadio madrileño donde actuaron los Rolling en el año 1982. Es muy curioso y llamativo que The Beatles y U2 hayan estado en la isla de Tenerife justo antes de su gran despegue, en el momento en que ya eran una realidad. Casualidades, como casualidad fue conocerles. No lo olvidaré nunca.