Bebe

A continuación os mostramos parte del artículo que ha escrito el periodista argentino Bebe Contepomi sobre sus encuentros con U2 desde su primera vez en New York a finales de 2010. Nos os lo perdáis:

B es Bono. O por lo menos así firma y cierra los mails que me manda seguido. En su entorno algunos también le dicen B (pronunciese Bi). A Bono lo conocí a fines de 2010 en Nueva York. Yo tenía una nota con U2, un Junket, y no sabía con quien me iba a encontrar, a quien me iba a tocar entrevistar. 

Junket es cuando un artista decide tomarse unas horas para atender a la prensa mundial. Están 5, 6, 7 horas recibiendo a la periodistas de todo el mundo. Habitualmente son en hoteles. El artista está en un cuarto sentado con un set de televisión armado a su alrededor. Primero entra el periodista mexicano y tiene sus 20 minutos, después entra el alemán y otros 20 minutos más, después el de TV Española, hasta que en algún momento le toca al de Argentina. Y ese, por suerte, suelo ser yo muchasy veces. En los últimos años hice notas estiló Junket con Paul Mc Cartney, Roger Waters, Phil Collins, Lenny Kravitz, Aerosmith, Sting, Black Sabbath, Bruce Sprigsteen... y varios más. El concepto Junket es muy impersonal. Somos como esos toros que entran a la arena y tienen 20 minutos para evitar ser ensartados. Encima nosotros tenemos que lograr en esos 20 minutos sacarle una sonrisa al torero, hacerlo responder algo divertido o interesante. Mientras espero mi turno siempre pienso cuantas veces, en ese día de Junket, le deben hacer la misma pregunta al artista que esta sentado viendo desfilar durante horas a periodistas de distintas culturas y variados idiomas. Bueno, así conocí a Bono, en un Junket en Nueva York.
Me llamo la atención el horario que me dieron para la nota: de 11 a 11.20 de la mañana. Eso significaba que yo debería estar en el lugar a las 10. El lugar era en unos estudios que U2 tiene en Nueva York. O sea, el horario era más temprano de lo habitual, y el lugar no era un hotel. Ya empezaba distinta la cosa...
 
Cuando llegué, me instalé en el cuarto de espera con los demás colegas del mundo, bebiendo café y comiendo lo que habían dispuesto para agasajarnos en la espera. Por mi personalidad inquieta y chusma, en lugar de quedarme sentado, siempre me gusta espiar, caminar, escuchar conversaciones ajenas e ir más allá del corral en el que nos ponen hasta que sea el turno de uno. Con la excusa de ir al baño y haciéndome el perdido, recorrí los pasillos de los estudios y vi todo el movimiento alrededor de una de las bandas de rock más importantes de la actualidad. Secretarias que hablaban por teléfono, managers, abogados, contadores, patovicas de seguridad, jefas de prensa, asistentes... todos con sus teléfonos corriendo para ningún lado, solucionando ningún problema. Pero lo importante es mostrarse nervioso, estresado. La situación lo ameritaba: los jefes Bono y The Edge estaban en la ciudad y habían traído a periodistas de todo el mundo. No daba para estar tranquilos, aunque todo estaba verdaderamente tranquilo.
 
Tan relajado estaba el asunto para los que no teníamos que fingir, que haciendome el tonto (mi especialidad) escuché una conversación entre dos señoras que podrían haber sido perfectamente la agente de publicidad y la jefa de prensa. Ambas estaban horrorizadas: una le contaba a la otra que Bono había eludido a su seguridad esa mañana y que había llegado al estudio para hacer las notas... EN SUBTE. Que aprovechando el frío de Nueva York, se había abrigado bien, y se había tapado la cara por debajo de los ojos con una bufanda, más el gorrito de ocasión, y había conseguido un excelente camuflaje para llegar solito y en subte a su estudio millonario en Nueva York. Así de relajado estaba Bono ese día. Aunque los de alrededor corrían de acá para alla y se mostraban preocupados y tensos solamente porque ésa era una parte de su trabajo. Así pasé la hora prevía de la entrevista, repasando las preguntas, husmeando por ahí a ver que escuchaba o veía, relacionandome con los colegas del mundo, tomando 5 cafés, caminando de acá para alla y, obviamente, rascándome la cabeza, mi tic favorito.
De pronto, se abre la puerta del salón donde estábamos esperando los periodistas y se escucha una voz de mujer cuarentona, ansiosa y nerviosa (porque así tenía que ser) que grita:
 
- Carlos, from Argentina, come this way, please
 
Carlos soy yo. Y soy argentino. Era mi turno.
Me llevan por unos pasillos hasta el que parecía ser el estudio central. Entramos. Alli estaban, Bono y The Edge,  parados al lado de la enorme consola, esperando al nuevo toro. En esta oportunidad, un toro argentino. Nos estrechamos la mano y Bono tomó enseguida el control de la conversación. Me preguntó mi nombre, y opté por decirle "Bebe". Obviamente no entendió que tipo de nombre era ese y le volví a decir: "Everyone calls me Bebe, like Baby, but in Spanish"... Ahí Bono me tiró la primera sonrisa de muchas que vendrían después. Enseguida se puso a hablar de rugby, debido a que como buen irlandés, era muy seguidor de la pelota ovalada. Además, mi hermano Felipe era muy conocido en Irlanda ya que hace años jugaba, y muy bien, en un equipo de Dublín. De ahí pasamos a hablar de Argentina, y de cómo estaba mi país. Sin tener demasiada idea, saqué mi faceta de politólogo y le empece a hablar de no sé qué coyuntura política y realidad social y bla bla bla... Usaba palabras difíciles para impresionarlo y darle a entender que yo era un tipo informado y comprometido con la realidad del mundo. Como él. Bono me volvió a sonreír. Ya me estaba sacando la ficha. Y a mi, lo que me pasa cuando me sacan la ficha, es que o huyo o voy hasta el fondo. Y fui hasta el fondo. Le dije que era mas petiso de lo que yo creía. Bono me volvió a sonreír. Como The Edge estaba parado calladito al lado de suyo, le pregunte si autorizaba a The Edge a hablar. Bono me volvió a sonreír. Y así seguí, verborrágico, al borde de meter la pata en cada frase o en cada observación, hasta que me salvó la campana. Aquella voz femenina ansiosa y nerviosa volvió a gritar:
 
- We are ready. Carlos from Argentina, you have 20 minutes
 
Nos sentamos y les hice la entrevista a Bono y The Edge.
Aquí la puedes ver

 
Cuando terminó la nota, nos sacamos fotos, seguimos hablando de no me acuerdo qué, hasta que Bono me dice : "Hey Bebe, follow me"' y me lleva por los pasillos del estudio. Atrás nuestro venía todo el entorno de Bono, nerviosos, tensos. La agente publicitaria, la jefa de prensa, la asistente, el de la discográfica, la maquilladora, la secretaria, los abogados, los dos de seguridad... todos nos seguían por los pasillos sin entender a dónde me llevaba Bono y por qué me había sacado del estudio y había roto la rutina prevista, con horarios precisos de las notas. Bono abrío una puerta y vio una oficina vacía y me invitó a pasar. Atrás con cara sorprendida estaban los lacayos sin saber qué hacer qué decir. Bono les pidió que esperen afuera, y me invitó a pasar a la oficina vacía. Solos. 
Debo reconocer que he vivido muchas situaciones extrañas en mi vida, muchas de ellas hasta peligrosas, pero esto que me estaba pasando no encajaba en ninguna situación anterior. ¿Qué quería Bono conmigo en una oficina vacía en sus estudios de Nueva York? ¿Porqué tanto misterio, tanto secreto? La mejor manera de averiguarlo era entrar.
 
Una vez solos adentro, escuchando el murmullo de sus súbditos afuera en el pasillo al otro lado de la puerta, Bono me miró y me dijo:
 
 - Bebe, te vi a los ojos y te conocí. Vos vas a ser mi hombre en Argentina y ya podes empezar a ayudarme. El año que viene toco varios shows en Buenos Aires..
 
Ahí lo interrumpi y le dije:
 
- Si, ya se, ¿porque te pensas que vine a hasta acá?
 
Bono volvió a sonreírme
 
-Bueno, como sea-, siguió hablando Bono, -a mi me gustaría irme una semana antes con mi familia de vacaciones a Buenos Aires. Justo es el cumpleaños de mi mujer y quiero llevarla con mis hijas. Tenés que recomendarme dónde alquilar una casa. Me ofrecieron en Martínez, en City Bell y en Nordelta. Igual, todavía no es seguro que vaya con mi familia, porque antes tengo que convencer a mi mujer para que deje faltar a nuestras hijas una semana al colegio.
 
Lo volví a interrumpir...
 
- Bono, déjate de joder. Sos multimillonario, acabas de comprar el 7 por ciento de Facebook, ¿y me decís que tu mujer no deja faltar a tus hijas una semana al colegio?- "Don't break my balls", le dije literalmente.
 
Bono me sonrió una vez más. Ya había alcanzado el nivel de carcajada.
 
Antes de salir del cuarto me pidió mi número de teléfono, sacó su celular del bolsillo y lo agendo. Yo hice lo mismo, anoté su número en mi celular. Fue raro en el momento de grabar su número poner en el espacio de "Nombre": Bono. El apellido ni lo puse.
 
Salimos del cuarto y Bono le dice a su asistente privada que se llamaba Catriona:
 
- Please, keep in touch with Bebe
 
Catriona me pidió todos mis datos, salude a Bono quien se fue a seguir dando entrevistas y yo me fui a las calles de Nueva York. Hacia frío. Entre al primer bar que vi y me pedí un tequila. O dos. En definitiva, había motivos para festejar: la nota con U2 me había salido muy bien.
Bebe con Bono y Larry Mullen
(continuará)
Fuente: GeneraciónB.com