Lo que empezó como una pesadilla con actores sufriendo accidentes, con cambio de directores, con denuncias a los productores, con amenazas de juicios evitados tras pagar grandes cantidades de indemnización y tras convertirse en el musical más caro de la historia, ha conseguido llegar a su función número 1000 en Broadway, y Bono y Edge estuvieron allí para celebrarlo encima del escenario junto a todos los actores aprovechando su ya larga estancia en la ciudad de los rascacielos.