En este nuevo capítulo del lado oscuro de U2 hablaremos de una fecha histórica, esa fecha que cambió la vida de un hombre para siempre y encontró su destino al entender que la vida no se fabrica desde la individualidad, si no que parte y nace del trabajo en equipo.
El 26 de Noviembre de 1993, en la última etapa de la mega gira ZOOTV y que abarcó dos años completos con nada menos que 156 conciertos y que vieron nacer dos joyas de discos (el Achtung baby y su hermano Zooropa), sucedió un hecho que jamás había sucedido en la historia de la banda Irlandesa, incluso desde su etapa de colegio. Lo que sucedió en esta fecha en Sidney, Australia, fue el no estar en el escenario del show de ese día el bajista de U2, el Señor Adam Clayton.
La tempestad que se avecinaba se empezó a visualizar una hora antes de comenzar el show. Dallas Schoo, el técnico de guitarra de The Edge, recibió un llamado del cuarto de vestuarios de U2. El entró para encontrarse cara a cara con Edge, Bono, Larry, y McGuinness, todos luciendo tan feos como si hubiese muerto un familiar cercano. Ellos querían la opinión de Dallas. Adam no sería capaz de tocar hoy en el show. ¿Cuales piensas Dallas que sean las opciones?, le preguntaron. Y Dallas les comenta a sus jefes lo que ellos ya saben: ellos no pueden considerar cancelar porque ese día es la única oportunidad para el director de TV y camarógrafos de delinear el concierto para la transmisión de mañana en la noche. El famoso Show que sería transmitido vía satélite al mundo y que además se grabaría para una posterior edición en video.
Con o sin Adam Clayton en el bajo, U2 tiene que continuar. The Edge sugiere la posibilidad teórica de que Dallas toque las guitarras y el mismo toque el bajo. Pero eso es absurdo y todos lo saben. Aparte del hecho de que los fans esperan escuchar a Dave Evans con su guitarra, el equipo de TV estaría confundido por una presentación en el que la gente estuviera tocando los instrumentos equivocados. Alguien tiene que sustituir a Adam, y el único candidato quien podría ser nominado en los próximos quince minutos es el asistente de bajo de Adam, un calmado, flaco y pequeño técnico llamado Stuart Morgan.
“Dallas”, dice The Edge, “tú conoces a Stuart. Tu tocas con el todo el día en la prueba de sonido. Tú sabes que él sabe todas las canciones. ¿Puede Stuart hacer el concierto?” McGuinness baja su bebida y le presta a su técnico de guitarra toda su atención. Todos los ojos están en Dallas, quien preferiría estar en cualquier parte menos ahí en ese momento. Él lo piensa unos segundos y habla cuidadosamente en su lento acento sureño y les dice: “Stuart lo puede hacer. El conoce esas canciones. Pero Edge, tú debes mantener contacto visual con él, y hacerle saber cuando viene un estribillo”. Los 4 jefes inclinan la cabeza y le agradecen a Dallas. Luego ellos mandan a buscar a Stuart para decirle que ha sido designado para tocar en vivo.
A medida que U2 toca en el mega-ensayo con público, The Edge hace señas a Stuart en cada inminente cambio. Y también el técnico debe mantener contacto visual con los cambios de Larry, quien es el que mantiene el “tempo” en las canciones, y todo eso unido a que Bono debe mantener la atención de la audiencia. Aún eso, incluso con los modernos sistemas de monitoreo, no es fácil de llevar hoy. En cada punto del show donde las pantallas de video normalmente mostrarían a Adam, solo muestran a Larry o The Edge. Las cámaras están evitando a Stuart con la lógica de que “no es” parte de la banda. Pero finalmente, durante “Pride” hay un largo enfoque a Stuart en las pantallas. El concierto casi se acaba, y el por fin se ve relajado. Al final de la canción Bono lleva a Stuart al frente del escenario y le levanta la mano al aire para los aplausos de la audiencia.
En su cuarto de hotel, un semiconsciente Adam Clayton yace en cama, y llega a una difícil comprensión. Ahora mismo U2 está tocando y el no está ahí. El bajista nunca imaginó sentirse así. Es casi imposible entender lo difícil que es para un hombre exitoso, famoso, adinerado y que a pesar de eso, tus tres amigos de la niñez estén ahí siempre para ayudarte. Es ahí, en tu propio trabajo y en tu propia música, en donde uno es responsable por todo éste éxito y poder, y en el tienes que estar de acuerdo en todo y además con 3 personas más. Antes Adam se tomaba las humillaciones como algo insignificante, pero ahora había algo que estaba comenzado a destronar esa lógica paternalista.
Esa noche fue diferente. En algún lugar ahora U2 está tocando y Adam no está con ellos. Por eso, si el dejara U2, el tendría que sentirse así todas las noches. Esa noche, en plena post borrachera se dijo; “No quiero perder a la banda”. Un año después y en pleno reencuentro con sus 3 amigos del colegio para empezar el proyecto post ZOOTV y que vería nacer a Passengers y el disco POP, Adam Clayton habló de ese dia fatídico para él; “Fue un momento en el que tuve que enfrentar muchas cosas que no había estado encarando y darme cuenta de que si iba a ser capaz de continuar y ser un miembro útil de esta banda (y técnicamente como un papá que debe pagar siempre todo), tenía que derrotar al alcohol. Tenía que darme cuenta de que cada metida de pata mía, cada problema durante los últimos diez años y que no habían sido tan serios como esa noche, siempre estaban relacionado con el abuso del alcohol. Así que me siento en cierta manera alegre de que finalmente tuviera que confrontar el problema de una buena vez”.
Y por eso ese 26 de Noviembre de 1993, Adam cambió para siempre y jamás tocó una gota de alcohol hasta hoy en día. Y ahora en nuestra sección “El lado oscuro de U2”, presentamos Daddy's Gonna Pay for Your Crashed Car.
