La primera ONG de la infancia
Eglantyne Jebb fundó en 1919 en Londres la primera organización Save the Children para ayudar a los millones de niños refugiados y desplazados diseminados por Europa después de la Primera Guerra Mundial.
Save the Children tiene, por tanto, 90 años de historia. Desde sus inicios se configuró como una organización pionera en la defensa de los derechos de la infancia, portavoz de los niños y las niñas.
Save the Children elaboró, por ejemplo, la primera Declaración de Derechos del Niño, conocida como la Declaración de Ginebra y aprobada por la Sociedad de Naciones en 1924. Se trata del antecedente histórico inmediato de la actual Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Naciones Unidas en 1989. Poco después de la fundación, en 1919, de Save the Children en Londres, se crearon asociaciones en Suecia, Australia y Canadá. Hoy, Save the Children cuenta con miembros en 29 países. Tiene su sede en Londres.
La organización británica recibió en 1994 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su labor en favor de la infancia. Save the Children es organismo consultor del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y participa en diferentes grupos de trabajo de esta institución. Save the Children ha sido, además, una de las organizaciones encargadas de coordinar la campaña internacional para la prohibición de las minas terrestres, que mereció el Premio Nobel de la Paz en 1997.
Cada 4 segundos un niño sobrevive gracias a los cuidados básicos de salud prestados por los trabajadores sanitarios locales. Ayudan a niños en todo el mundo a sobrevivir a amenazas como las complicaciones al nacer, la neumonía, la diarrea, la malaria y la desnutrición. Pero las estimaciones mundiales indican que necesitamos 3.5 millones más de trabajadores sanitarios en los países en desarrollo.
Lamentablemente, un niño muere cada 4 segundos por causas prevenibles y tratables debido a la falta de una atención básica de salud. De los niños menores de 5 años que mueren cada año, casi dos tercios podrían salvarse con intervenciones sencillas y de bajo coste a través de intervenciones de trabajadores sanitarios en sus comunidades.
Existen soluciones probadas y de bajo coste para luchar contra todas estas causas pero resulta obvio que no están siendo desplegadas a la escala que se precisa. Es precisamente la voluntad y la intención lo que más se precisa para lograr que las soluciones se pongan en marcha a todos los niveles. Porque, en esto y en todo, Todos Contamos.
Estás a un paso de ayudar a los niños de todo el mundo sobreviven.