Adam Clayton, el bajista de U2, habla con Francis Outred, autoridad en el arte de posguerra y contemporáneo, sobre su pasión por el trabajo de Jean-Michel Basquiat, un dibujo del artista ofrecido en nuestra subasta en Londres , y cómo el arte inspira a la banda.

Francis Outred: ¿Cuándo se fijó por primera vez en Jean-Michel Basquiat?

Adam Clayton: "Empecé a fijarme seriamente en él en 1990 – tenía tiempo libre y me mudé a Nueva York para explorar el mundo del arte, conocer galerías y artistas. Fue justo después de su muerte, se había generado mucha energía alrededor de su trabajo. Había sido un buen personaje en Nueva York - se presentaba enfundado en su mandilón infantil salpicado de pintura y formaba parte de la oscura vida nocturna del momento. Tenía mas o menos la misma edad que los músicos que me interesaban, y tendría la misma edad que nosotros. Había un grupo de artistas: Basquiat, Keith Haring, y obviamente Warhol, que era el abuelo de todo el movimiento. La idea de que estos jóvenes pintores sin ningún tipo de experiencia y presencia en exposiciones pudiesen dejar su huella en las calles de Nueva York; pudiesen ir a las discotecas más famosas, mezclarse con la cultura musical- fue muy emocionante para mí. Era de donde venía, siempre pensé que la música y el arte iban juntos de la mano".

FO: ¿Puedes recordar tu primer encuentro con esta obra en particular?

AC: "Yo estaba en la calle 57, en la Galería Robert Miller. Acababan de tomar posesión de la obra de Basquiat y estaban revisando el inventario. Definitivamente respondí al tipo de trabajo que yo llamaría "biológico", donde habría muchos restos arqueológicos en aquel esqueleto y huesos. Yo ya había echado el ojo un gran retrato que pensé que podría ser una gran obra para compartir con la banda y tener en nuestro estudio, y empezamos a revisar todas las obras en papel. Por lo general, eran muy complejos, con muchas líneas y trazos, y este retrato destacaba porque tenía una imagen muy trágica - era claramente un desapercibido autorretrato , con lo que parecía una lágrima emergente de su ojo. Me parecía que no se trataba de un autoretrato sobre el individuo: Jean-Michel, sino más bien de la persona: ser afro-americano".

Detalle dibujo:

Jean-Michel Basquiat (1960-1988), Sin título, 1982. Trazos de óleo sobre papel. 42 × 30 pulgadas (108,3 x 76,2 cm). Estimación £ 1,000,000-1,500,000. Esta obra se ha ofrecido para la subasta sobre arte de posguerra y contemporáneo  a celebrar el 7 de marzo en la sala Christie's de Londres.

FO: El nivel de la obra, y el hecho de que haa estado colgado y conviviendo tanto tiempo en el estudio de Basquiat, lo hace muy especial. Me interesa mucho el que hayas puesto esta obra en tu estudio - ¿Es porque tanto tú como el resto de la banda tenéis pasión por Basquiat?

AC: "En Nueva York y en la cultura musical se produjo un cambio de tendencia en el ambiente musical  mucho más orientada a la danza. Fueron realmente los primeros días del rap y el hip hop, que fue un momento muy emocionante porque tenía una energía tan real, y también indicó - finalmente - que la voz afroamericana dentro de la música tenía una identidad propia muy fuerte. En ese momento la gente estaba hablando de Jean-Michel como el Jimi Hendrix de la pintura y creo que eso es cierto: era un artista afroamericano en un mar de artistas blancos, pero haciendo algo muy diferente y extremadamente suyo".

FO: Obviamente vuestra música sufrió una gran transformación en esa época - Achtung Baby fue realmente un gran avance y una verdadera transición del álbum Joshua Tree ...

AC: "Con The Joshua Tree estábamos enfocados en una gran cantidad de música estadounidense y tratando de alguna manera de reinventarla y darle forma, y al mismo tiempo tratando de  abordar el lado oscuro de lo que estaba pasando en Estados Unidos. Con Achtung Baby, que vino dos años después, estábamos pensando en un sonido diferente y la tecnología existente en ese momento significaba que se podían añadir más sonidos a través del ordenador - podías mezclar sonidos y generarlos. Todo esto estaba sucediendo dentro de la cultura del club, por lo que parecía que todos trabajábamos en la misma paleta... Cuando veo obras que realmente me hablan, me gusta adquirirlas si me lo puedo permitir. Al llevarlas a mi casa, se convierten en algo con lo que realmente tengo una relación muy directa”.

FO: ¿Crees que vivir en Nueva York cambió tu percepción del trabajo de Basquiat?

AC: "Era una gran época para vivir en Nueva York siendo un joven creativo, porque todo era posible en ese momento. Había clubes subterráneos, el sistema  exposición engalerías no existía en el centro de la ciudad tal como es actualmente, y si usted fuese un artista se sentiría mucho más libre. No existía un sistema al que tuvieses que adherirte de forma obligada para poder tener acceso a los coleccionistas, y creo que eso era la mayor parte de Jean-Michel. Es también parte de artistas jóvenes; que no quieren trabajar tanto para el sistema - en realidad sólo quieren hacer el trabajo. Fueron realmente los primeros días de lo que el mundo del arte estaba a punto de convertirse".

FO: Cuando miro este trabajo, los brazos me recuerdan como flechas adentrándose en el cuerpo; Es casi como si se estuviese retratando como una víctima. Este es un retrato de Basquiat que acababa de explotar en la escena del arte en 1982, y posiblemente sintiendo las repercusiones de este nuevo mundo. ¿Ustedes, como músicos, que tuvieron un crecimiento similar, encontraron ese tipo de exposición preocupante, o estaban más preparados para ello? 

AC: "Creo que tanto si estás preparado o no, entiendes que la idea es conseguir que tu trabajo llegue al mayor número de personas posible, porque quieres compartirlo. Creo que el mundo del arte funciona de manera un poco diferente, en el sentido de que quieres que llegue a un número influyente de personas y que quiera meterlo en los museos, así que tiene una relación diferente con él. Creo que es ahí donde se separan los dos objetivos. Creo que tienes razón acerca de las flechas en este trabajo - es una de las muy pocas imágenes genuinamente rígidas que jamás produjo de sí mismo sin añadir ningún elemento más a la escena... Es un dibujo increíblemente disciplinado, pero eso es lo que lo hace tan poderoso. Se representa a sí mismo con la corona en muchas de sus obras, pero esta imagen tiene un aire trágico y, de alguna manera, es un antídoto contra todo el ruido que rodeaba su trabajo y toda la atención que había tenido a lo largo de los años. Te trae de vuelta al artista y su dificultad de encajar en ese mundo".

FO: Es cierto, muchos de sus retratos de sí mismo expresan mucha seguridad - con los brazos levantados, poderosos y atléticos - y aquí tienes el término opuesto: Una figura frágil que está llegando a un nuevo tipo de normalidad. ¿Cómo ves la relación entre las pinturas y los dibujos? 

AC: "Creo que los dibujos fueron donde él desarrolló las ideas - un montón de imágenes emigran hacia las pinturas, pero creo que los dibujos son una conexión directa con él. Puedes imaginarlo con un óleo o un trozo de carbón trabajando en un pedazo de papel durante un par de horas - puedes ver esa concentración”. 

FO: Este fue un momento de gran éxito en tu carrera. ¿Cómo encaja este trabajo en esa historia? 

AC: "Mi antídoto estando de gira o en el estudio de grabación siempre ha sido la oportunidad de salir y ver obras de arte. Es un ambiente mucho más meditativo para mí, así que cuando veo obras que realmente me hablan me gusta adquirirlas si puedo. Al llevarlas a mi casa, se convierten en algo con lo que tengo una relación directa. He ido y las he visto, fui y las compré, las traje a mi espacio, y ellas continúan dando. Se convierte en una relación cíclica, y eso era muy cierto en este dibujo en particular. Estar en Nueva York ciertamente marcó el comienzo de mi capacidad de entender y seguir el arte contemporáneo, y he seguido avanzando en ello".

Fuente: christies.com Traducción: Jose Manuel Lec